Es impactante descubrir un arrozal, tratar de entender cómo crece ese cultivo sumergido en agua, cómo es su cosecha y cómo llega a nuestros platos ese maravilloso granito capaz de absorber mil sabores y de hacernos disfrutar desde un platillo dulce hasta la más compleja preparación salada. Son hipnóticas esas postales asiáticas de extensos arrozales y campesinos cosechando sus frutos. Una imagen calma, donde un conocimiento ancestral los provee del producto que los ha alimentado siempre, a través de los tiempos y durante centurias.

Mónica Albirzú
Este contenido es exclusivo para suscriptores.
Suscribite a Foodit para ingresar y accedé a miles de ideas para cocinar mejor.