Masa casera y colorida gracias al dulzor del vegetal color vino, que sale con salsa aromática y bien cremosa, para invitar a los amigos y la familia a compartir una mesa generosa
PORCIONES: 2
Ingredientes
Para el puré de remolacha
500 g de remolachas
sal a gusto
pimienta a gusto
azúcar a gusto
tomillo a gusto
aceite de oliva a gusto
Para la pasta
250 g de harina 0000
125 g de semolín
1 pizca de sal
125 g de puré de remolachas
240 g de yemas
Para la crema de salvia
10 g de salvia
500 ml de crema de leche
sal a gusto
pimienta a gusto
Para el aceite de remolachas
200 g de puré de remolachas
200 ml de aceite de girasol
Masa casera y colorida gracias al dulzor del vegetal color vino, que sale con salsa aromática y bien cremosa, para invitar a los amigos y la familia a compartir una mesa generosa
Preparación
Para las remolachas asadas
Lavar bien las remolachas. En una fuente para horno, colocar papel aluminio y disponer las remolachas con sal, pimienta, azúcar, tomillo y aceite de oliva.
Tapar con papel aluminio y cocinar en horno a 180°C hasta que estén bien tiernas. Una vez cocidas, pelar una parte y hacer un puré bien liso; cortar la otra parte en gajos y reservar.
Para la pasta de remolachas
En un bol, mezclar la harina, el semolín y la sal, formando una corona.
Agregar el puré de remolacha y las yemas y amasar ligeramente para combinar los ingredientes. Dejar reposar la masa en la heladera durante 30 minutos.
Pasar la masa por una sobadora, realizando pliegues hasta que quede lisa. Estirar la masa, cortarla y darle la forma deseada. Colocar la pasta en una bandeja espolvoreada con semolín y dejar secar.
Para la crema de salvia
Lavar las hojas de salvia y cortarlas en chiffonade.
Calentar la crema de leche en una olla junto con la salvia. Salpimentar.
Para el aceite de remolacha y la terminación
Licuar el puré de remolacha con el aceite de girasol y colar la mezcla a través de un lienzo limpio o un filtro de café para obtener el aceite filtrado. Verter el aceite filtrado en una botella y reservar.
Cocinar la pasta en abundante agua hirviendo con un poco de sal, durante aproximadamente 4 minutos o hasta que esté al dente.
Mientras tanto, calentar la crema de salvia en una sartén. Escurrir la pasta y saltearla en la crema de salvia caliente. Servir la pasta decorada con el aceite de remolacha.
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