Fresco, cremoso y lleno de sabor; ideal para acompañar con nachos y disfrutar como acompañamiento de tacos y carnes bien condimentadas
Preparación
Cortar las paltas, quitar el carozo y retirar la pulpa. Rociar con limón y aplastar con un tenedor hasta obtener un puré rústico.
Picar la cebolla en brunoise. Cortar los tomates en cuartos, retirar las semillas y cortar la pulpa en cubitos.
Cortar el chile al medio, desechar las semillas y las nervaduras y picar bien finito.
Unir todos los ingredientes, salpimentar, agregar un chorrito de aceite de oliva, sumar hojas de cilantro fresco picado y mezclar hasta conseguir una pasta homogénea
Tips
El jugo de limón le aporta sabor al guacamole y además retrasa la oxidación de la palta.
Conservar hasta 2 días en la heladera cubierto con film en contacto.
Acompañar con totopos o nachos de maíz.
Reemplazar el chile por salsa tabasco. El picante es opcional, así que puede omitirse.
Se le retiran las semillas al tomate ya que estas poseen mucha agua, lo cual puede degradar la textura del guacamole.
Curiosidades
Variedad Hass, un invento del hombre. La historia de la palta Hass es curiosa: Rudolph Hass, un cartero de California, compró un terreno para cultivar paltas variedad Fuerte. Contrató a un experto, Caulkins, para injertar sus plantines. Sin embargo, uno de los árboles produjo una fruta diferente, con piel negra y textura similar al cuero. Al probarla, Hass descubrió su suave y cremosa textura, con notas a nuez, y así comenzó el éxito de la palta Hass. En 1935, Rudolph Hass obtuvo la patente, la primera en la historia, entregada a un árbol. Hoy, todos los árboles de palta Hass que se encuentran en el mundo provienen (y son clones) de ese único árbol que apareció en el campo de Hass.
En México el tomate es conocido como “jitomate”, allí el tomate es un fruto similar al de Argentina, pero más pequeño y de color verde.