Solo se necesita la fruta y azúcar para elaborar este clásico de la cocina argentina; para untar, comer con queso y disfrutar a toda hora
Preparación
Lavar los membrillos, cubrir con agua en olla grande y llevar a hervir. Cuando rompa hervor, bajar el fuego a medio y continuar la cocción 40 minutos o hasta que la pulpa esté blanda. Colar, dejar entibiar y pelar con pelapapa.
Sacar los membrillos de la olla y colocar sobre un colador. Dejar entibiar y pelar con un cuchillo o un pelapapa.
Cortar los membrillos al medio y retirar el corazón con las semillas. Reservar.
Cortar la pulpa del membrillo en cubitos.
Pesar la cantidad de pulpa obtenida y utilizar el 80% del peso en azúcar.
Volcar la pulpa de membrillo en una olla grande y agregar el azúcar. Cocinar a fuego bajo y revolver continuamente por aproximadamente 10 minutos o hasta que el azúcar se disuelva.
Si se quiere obtener un dulce de membrillo completamente homogéneo y suave, pasar la mezcla por una licuadora antes de continuar la elaboración del dulce.
Devolver la pasta a la olla y reanudar la cocción. Revolver con cuchara de madera o silicona cada tanto para evitar que el dulce se pegue al fondo de la olla y se reparta el calor en forma pareja.
Para obtener un dulce de frasco, sacar la preparación cuando todavía está blanda y semilíquida. Para hacer un membrillo de molde, continuar la cocción hasta que al introducir la cuchara de madera en forma vertical esta quede parada sin caerse a los costados.
Pasar la mezcla a un molde de vidrio o silicona esterilizado, dejar que tome temperatura ambiente y llevar tapado con film a la heladera.
Dejar enfriar 24 horas antes de consumir.
Tips
Agregar unas gotitas de limón a la mezcla para equilibrar el dulzor del dulce de membrillo casero.
En Argentina, la época de cosecha de membrillos generalmente se da entre marzo y junio. Durante estos meses, los membrillos están en su punto óptimo de madurez, lo que los hace ideales para consumir frescos o para preparar dulces, jaleas y otros productos.
Curiosidades
El membrillo se destaca por su fragancia intensa. Esa característica puede aprovecharse para ambientar el aroma en la casa. Para eso, se lo puede dejar secar y meterlo en el guardarropa o gabinete que se desee perfumar.
Diversas fuentes señalan también que en la Edad Media, se colgaban membrillos en las puertas de las casas para ahuyentar los malos espíritus. A lo largo de la historia, se dice que los monarcas y aristócratas la consumían como símbolo de grandeza.