Recalentar la comida es un hábito común en muchos hogares, especialmente cuando se trata de aprovechar lo que sobró de los días anteriores. Sin embargo, existen ciertos alimentos que, al ser recalentados, pueden representar un riesgo para la salud.
La Organización Mundial de la Salud y otros organismos expertos en seguridad alimentaria alertan sobre cómo el recalentado inadecuado de ciertos productos puede provocar la proliferación de bacterias o la formación de sustancias tóxicas que afectan nuestro bienestar. A continuación, en Foodit te contamos cuáles son los seis alimentos que hay que evitar recalentar para proteger tu salud.
1. Arroz
El arroz es uno de los alimentos más comunes en la dieta diaria pero, al recalentarlo, puede convertirse en un peligro. El Bacillus cereus, una bacteria que se encuentra en el arroz crudo, puede proliferar si no se almacena correctamente y, al ser recalentado, no siempre se elimina por completo. Esta bacteria produce toxinas que pueden provocar intoxicaciones alimentarias, con síntomas que incluyen vómitos y diarrea.
La clave es almacenar el arroz en el refrigerador rápidamente después de haberlo cocinado y evitar recalentarlo más de una vez. En ese sentido, también se sugiere hervir el arroz en pequeñas cantidades para reducir el tiempo de guardado.
2. Huevos
El huevo es otro alimento que no se debe recalentar, sobre todo si no se ha conservado adecuadamente. Las bacterias como la Salmonella pueden desarrollarse rápidamente en huevos que han quedado a temperatura ambiente por un tiempo prolongado.
Además, el proceso de recalentamiento altera las proteínas del huevo, lo que puede dificultar su digestión y causar malestar estomacal.
Para evitar riesgos, es recomendable consumir los huevos frescos y no guardarlos por más de un día. La Administración de Alimentos y Medicamentos -agencia del Gobierno de los Estados Unidos responsable de la regulación de alimentos, conocida como FDA por sus siglas en inglés- recomienda mantener los huevos refrigerados, cocinarlos hasta que las yemas estén firmes, y asegurar la cocción completa de aquellos alimentos que contengan huevos para evitar enfermedades de bacterias.
3. Papas
Las papas al horno envueltas en papel de aluminio son deliciosas, pero requieren una atención especial. Si se dejan a temperatura ambiente por más de dos horas después de ser cocinadas, pueden ser el caldo de cultivo ideal para una bacteria peligrosa: Clostridium botulinum. Esta bacteria es la causante del botulismo, una enfermedad grave que afecta el sistema nervioso y puede ser fatal si no se trata a tiempo.
De acuerdo al Departamento de Agricultura de Estados Unidos, “En 1997 se produjo un brote en Texas que afectó a 17 personas. El brote fue causado por `skordalia´ preparada en restaurantes, una salsa a base de papa. La skordalia se preparaba con papas envueltas y horneadas en papel de aluminio, luego se dejaban envueltas en papel de aluminio a temperatura ambiente durante varios días”.
Para evitar este riesgo, las papas deben almacenarse en el refrigerador inmediatamente después de cocinarlas y consumirse lo antes posible.
4. Espinacas y otras verduras de hoja verde
Las espinacas pueden albergar bacterias como la Listeria, que se halla en el suelo, el agua y las heces de algunos animales. Esta puede causar intoxicaciones graves. Si bien las verduras de hoja verde son saludables cuando se consumen frescas, es mejor evitar recalentarlas varias veces.
5. Pollo
El pollo es otro alimento que no debe ser recalentado sin precauciones. Si no se cocina completamente o se almacena de manera incorrecta, puede albergar bacterias como Salmonella y Campylobacter. Al recalentarlo, estas bacterias pueden no ser completamente destruidas, lo que aumenta el riesgo de sufrir infecciones alimentarias.
Para reducir este riesgo, es necesario asegurar que el pollo esté bien cocido desde el principio y de recalentar solo la cantidad que se va a consumir.
6. Pescado
Aunque el pescado es un alimento rico en nutrientes, es particularmente vulnerable a los efectos negativos del recalentado. Al ser un producto altamente perecedero, el pescado se descompone rápidamente a temperaturas inadecuadas, lo que puede generar la formación de compuestos tóxicos y bacterias peligrosas.
Recalentar pescado no solo altera su sabor y textura, sino que también puede hacer que se vuelva más susceptible a la proliferación de microorganismos dañinos. Por ello, es mejor consumir el pescado fresco o evitar recalentarlo varias veces.
Consejos para recalentar con seguridad
Si bien existen alimentos que deberían evitarse en el proceso de recalentado, hay algunas pautas generales que puedes seguir para minimizar los riesgos.
- Primero, hay que asegurarse de almacenar los alimentos en el refrigerador dentro de las dos horas posteriores a su preparación.
- En cuanto a la temperatura, desde la Organización Panamericana de Salud señalan que “un buen recalentamiento implica que todas las partes del alimento alcancen al menos los 70º C”.
- Por último, se recomienda recalentar solo lo necesario para evitar la repetición del proceso. Según la Agencia de Estándares Alimentarios del Reino Unido (FSA), lo ideal es recalentar los alimentos solo una vez. Aunque técnicamente se puede recalentar varias veces, es importante hacerlo de manera correcta para evitar riesgos para la salud. Sin embargo, hay que tener en cuenta que, con cada recalentamiento, los alimentos pueden perder sabor y calidad, lo que puede afectar la experiencia al comerlos. Por lo tanto, es recomendable recalentar solo la cantidad que se va a consumir para garantizar una mejor textura y sabor.
En resumidas cuentas, no todos los alimentos son aptos para ser recalentados, y algunos pueden representar un riesgo para la salud si no se toman las precauciones adecuadas. Evitar el recalentado de arroz, huevos, papas, espinacas, pollo y pescado ayuda a prevenir posibles intoxicaciones y malestares. Es importante siempre almacenar correctamente los alimentos y recalentar con cuidado para disfrutar de una comida deliciosa y segura.