
Si buscás darle una nueva vida a tus recetas de siempre, la sommelier y periodista Marisol de la Fuente (galardonada recientemente Wine Communicator of the Year por el IWSC) comparte 10 consejos fundamentales de maridaje.
Se trata de una guía práctica para maridar vinos blancos y rosados con comidas caseras, con el objetivo de lograr una experiencia sensorial vibrante. Marisol propone dejar de lado las reglas rígidas y usar el equilibrio como principio para experimentar en la cocina.

Diez consejos para disfrutar de un buen vino blanco o rosado
1. Platos livianos, vinos frescos
Ensaladas, vegetales grillados o tartas combinan mejor con vinos blancos ligeros o rosados secos, que acompañan sin imponerse y realzan la frescura del plato.
2. La acidez limpia y renueva el paladar
Sauvignon Blanc, blancos jóvenes o rosados vibrantes funcionan muy bien con comidas grasas como milanesas, empanadas o tortillas. Su acidez equilibra la sensación en boca.
3. Jugá con el contraste
Un vino fresco puede elevar platos más pesados. Un rosado seco acompañando frituras —buñuelos, croquetas, papas especiadas— ofrece un contraste perfecto entre untuosidad y vivacidad.

4. Respetá la intensidad del plato
Preparaciones suaves, como pescados blancos, requieren vinos delicados; platos más intensos, como salmón o pasta con crema, combinan mejor con blancos con mayor estructura.
5. Aromáticos para platos especiados
Si la receta lleva curry, picante o especias marcadas, los vinos aromáticos —Torrontés, Gewürztraminer, rosados frutados— aportan equilibrio y resaltan los sabores sin competir.
6. Evitá que el vino quede opacado por el dulzor del plato
Preparaciones como calabaza asada, cebolla caramelizada o batata requieren vinos con buena fruta o leve dulzura para acompañar esa nota dulce natural.
7. La textura también marida
Platos cremosos —risotto, pastas con salsa blanca, purés suaves— piden vinos blancos con volumen o rosados de cuerpo medio, capaces de acompañar la sensación en boca.

8. Comidas frías, vinos vibrantes
Sándwiches, preparaciones frescas o picnics maridan muy bien con blancos jóvenes o rosados secos, donde la acidez y la vivacidad acompañan la frescura del plato.
9. Hierbas frescas, vinos herbales
Platos condimentados con romero, tomillo, albahaca o limón encuentran una conexión natural con blancos herbáceos como el Sauvignon Blanc, que amplifican los aromas del plato.
10. La regla de oro: el mejor maridaje es el que funciona para vos
Sol lo resume así: no hay combinaciones únicas ni definitivas. El maridaje es exploración, prueba y disfrute. Un rosado con pizza casera o un blanco con pastel de papa puede convertirse en un hallazgo inesperado.
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