La revista neoyorkina Times lo seleccionó como uno de los 100 mejores productos del mundo y es el primer aceite de oliva ecológico del mundo, según la marca que lo produce. El aceite más caro del planeta es español y causa sensación por su calidad y singularidad.
Su origen explica -en parte- su abultado costo. Este aceite de oliva procede de árboles milenarios, de entre 1000 y 3000 años de antigüedad, y la recolección de la variedad de aceituna que produce es difícil y escasa.
Si bien está al alcance de unos pocos, la fabricación de este aceite y de sus pares de alta calidad responde a una evolución en la forma de consumo, según Luis Aquino, chef plant based con experiencia en cocinas de prestigiosas cadenas hoteleras internacionales. El cocinero detecta que los consumidores están más conscientes sobre la importancia de la calidad y la salud en los alimentos, y buscan productos que cumplan con estos estándares. “La cocina está evolucionando y diversificándose, y los aceites premium ofrecen una forma de explorar nuevos sabores y texturas”, analiza.
Cuánto cuesta el aceite más caro del mundo
Su calidad llama la atención y su precio no se queda atrás. Bautizado como El Mil de Poaig, se fabrica desde 2008 y cuesta €265 la botella de 500 ml. Esta cifra lo posiciona como el aceite más caro del mundo.
Su exclusividad no solo se traduce en el precio sino también en el volumen en el que se produce. Por la escasez de recursos, este aceite es de producción limitada; en la temporada 2024/2025 se elaboraron solamente 223 botellas.
Aquino opina que “el precio del Mil del Poaig está justificado por su calidad, exclusividad y proceso de producción artesanal”. Señala que es un producto que ofrece una experiencia gastronómica única, y que es valorado por chefs y consumidores que buscan lo mejor.
Cómo es el aceite
El Poaig se distingue de otros aceites premium del mercado por la combinación de sus características, que Aquino describe a continuación:
- Para empezar, es un aceite ecológico producido a partir de olivos milenarios, lo que garantiza una mayor calidad y respeto por el medio ambiente.
- La variedad de aceituna utilizada, la Farga, es una de las más raras y exclusivas del mundo.
- Además, la producción es limitada, lo que asegura una mayor atención al detalle y calidad en cada botella.
- La recolección manual de las aceitunas también es un factor clave en la calidad final del producto.
- Pero no solo eso, el aceite El Poaig ha recibido reconocimientos internacionales por su excelencia, y cuenta con una baja acidez que lo hace ideal para una variedad de preparaciones culinarias.
El origen de las aceitunas, un factor clave
El Mil de Poiag proviene de una escasa población de olivos milenarios del Maestrazgo, una comarca al norte de la provincia valenciana de Castellón. “Los olivos más antiguos tienden a producir aceites más complejos y con un sabor más intenso”, señala Aquino y aclara que la edad de los olivos es uno de los factores que incide en la calidad del producto.
El cocinero también destaca que “los olivos milenarios son un patrimonio cultural y natural que se ha mantenido vivo durante siglos y la recolección manual de aceitunas de estos árboles es una forma de honrar y preservar esta tradición”.
En esa línea, considera que la recolección de aceitunas de olivos milenarios es un proceso que se lleva a cabo de manera sostenible y respetuosa con el medio ambiente, ya que se evita el uso de productos químicos y se promueve la biodiversidad, y eso contribuye con la exclusividad del producto y la autenticidad de su sabor.
Por otro lado, las diferentes variedades de aceitunas producen aceites con sabores y características únicas, según explica el especialista, y ejemplifica: “La variedad Farga, utilizada en el aceite El Poaig, es conocida por su sabor intenso y complejo”.
Además, cuenta que el clima y el suelo donde se cultivan las aceitunas también influyen en el sabor y la calidad del aceite: “Las aceitunas cultivadas en regiones con un clima cálido y seco tienden a producir aceites más intensos y ricos”.
El compuesto clave de la aceituna
Las aceitunas tienen un compuesto químico llamado polifenol, que generalmente se encuentra presente en las plantas y tienen propiedades beneficiosas para la salud. En el caso de las aceitunas, estos “contribuyen al sabor amargo y astringente del aceite de oliva, especialmente en los aceites extra virgen”, sostiene Aquino, y agrega: “También añaden complejidad y profundidad al sabor del aceite de oliva, lo que lo hace más interesante y atractivo”.
Además de contribuir al sabor, los polifenoles tienen propiedades antioxidantes y antiinflamatorias que pueden beneficiar la salud del consumidor.
“Es un honor para nosotros trabajar con los aceites El Poaig. La calidad es suprema y la sorpresa que ofrece a nuestros comensales es impagable”, asegura Agustín Balbi, el primer chef argentino -nacido en Ramos Mejía- que obtuvo una estrella Michelin en Asia y que está al frente del restaurante Ando, en Hong Kong. “Tenemos este aceite desde el día que abrimos ya que aporta un valor agregado increíble. Es un producto que no podemos sacar del menú porque se ha vuelto un ícono en nuestra propuesta”, concluye el chef.
Buenas compañías
¿Qué platos son buenos compañeros para este aceite de oliva? “Ensaladas, vegetales a la parrilla, panes y tostadas, postres...”, enumera Aquino, y la lista puede seguir.
Si tuviera que elegir una preparación específica, aconseja maridarlo con “pantumaca”, que es una rebanada de pan tostado con pulpa de tomate y ajo con aliño de aceite de oliva. Otras alternativas que propone son vegetales a la parrilla, o también frutas y chocolate.
Más que un envase
Como todo producto de calidad, el empaque de este aceite busca transmitir exclusividad. El aceite más caro del mundo no viene en un un envase con cristales incrustados pero sí tiene un envase especial.
Pero en el caso de los aceites, el empaque no solo conviene el valor de la marca sino también tiene una función específica. Desde El Poaig señalan que en el caso del aceite más caro del mundo, “el envasado se realiza directamente desde el depósito y mediante un sistema diseñado por los ingenieros de la empresa para botellas exclusivas de porcelana blanca”.
La porcelana, según explican, conserva opaco el aceite y es uno de los materiales que mejor balance de temperatura ofrece. Es decir, en su interior, el aceite ni se calienta ni se enfría.
Además, explican: “los aceites de la marca son envasados bajo demanda, no almacenamos nuestros aceites embotellados. Con ello garantizamos la máxima calidad y el menor tiempo de permanencia en botella minimizando los posibles procesos de degradación y conservando las propiedades organolépticas de nuestro preciado jumo de olivas”.