En el ritual del asado, cada detalle cuenta: el tipo de carne, el corte, el fuego, la leña… y también, aunque muchos no lo saben, lo que ocurre sobre las brasas. En los últimos tiempos, un truco que se viralizó en redes sociales volvió a poner en foco una técnica antigua y simple: tirar sal gruesa sobre las brasas. ¿Para qué se hace? ¿Realmente mejora el resultado final? Te contamos por qué este gesto puede marcar la diferencia y cómo aplicarlo en tu próximo asado.

Un truco simple que mejora el asado
Tirar sal gruesa sobre las brasas no tiene que ver con condimentar la carne, sino con controlar el fuego. La sal actúa como un regulador natural del calor: ayuda a estabilizar la temperatura de las brasas, disminuyendo la intensidad de las llamas que pueden aparecer cuando cae grasa de la carne. Así, se evita que el fuego se descontrole y que el asado termine con partes quemadas o ahumadas en exceso.

Además, al reducir las llamaradas, se preserva mejor el sabor de la carne y se mantiene una cocción pareja, ideal para cortes gruesos que requieren tiempo sobre la parrilla.
Cómo aplicar este truco
La clave está en esparcir sal gruesa o entrefina directamente sobre las brasas cuando notes que la grasa empieza a chorrear y generar fuego. No hace falta exagerar con la cantidad: un puñado basta para calmar las llamas y devolverle estabilidad al calor.
Es importante aclarar que este truco no reemplaza otras prácticas esenciales como el control de la altura de la parrilla o el uso de brasas bien hechas, pero sí suma a ese equilibrio necesario que todo buen asador busca.

Un recurso conocido por los parrilleros expertos
Aunque parezca novedoso por su circulación en TikTok o Instagram, este recurso se usó siempre en el ámbito de la parrilla tradicional. Quienes cocinan con leña o carbón en espacios abiertos conocen bien cómo pequeñas acciones pueden tener un gran impacto en el resultado final.
Tirar sal sobre las brasas no solo es útil, sino que también demuestra conocimiento y dominio del fuego, dos pilares fundamentales del arte del asado.
Otros usos sorprendentes de la sal en la cocina
La sal no solo aporta sabor: también puede ser una gran aliada en técnicas de cocción y conservación. Por ejemplo, al momento de freír, espolvorear un poco de sal fina sobre el aceite caliente ayuda a minimizar las salpicaduras y, de paso, mejora la textura crujiente de alimentos como papas o milanesas.

En la cocina de todos los días también tiene aplicaciones menos conocidas pero muy útiles. Si necesitás conservar huevos por más tiempo, cubrirlos con sal gruesa puede prolongar su frescura. Y si tenés una sartén antiadherente que ya no rinde como antes, calentar sal en seco sobre su superficie puede ayudarte a recuperar parte de esa propiedad.
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