El ritmo de vida actual nos plantea, entre tantos otros, dos desafíos vinculados con la comida: por un lado, hay una tendencia en alza que es la de buscar una alimentación más saludable y consciente; por otro, las obligaciones diarias y las múltiples tareas nos mantienen muy ocupados y nos quitan tiempo para organizar un menú semanal sano y nutritivo.
Para resolver esta disyuntiva es fundamental la organización y la planificación. “La heladera inteligente no sólo cumple con el rol de conservación de alimentos sino que también colabora en tomar buenas decisiones a nivel alimentario”, explica Diego Sívori, nutricionista (MN 4870) y autor del libro Nutrición fácil en tiempos difíciles. “Nos ayuda a no tentarnos, hace posible la practicidad y la simplicidad a la hora de cocinar, incluyendo comidas listas para los días de apuro que no necesariamente sean ultraprocesadas. Además, se parece un poco a sus dueños: contempla sus hábitos, sus gustos, pero los ayuda a tomar buenas decisiones”.
Por otro lado, en una heladera inteligente y saludable, la organización y el control son esenciales para mantener la frescura de los alimentos y garantizar la seguridad alimentaria. Es fundamental prestar atención a la higiene, el orden y las fechas de vencimiento de los productos almacenados. “Rotar los alimentos para utilizar primero aquellos con fechas de vencimiento más cercanas y así evitar desperdicios y mantener la heladera limpia y desinfectada regularmente son hábitos que contribuyen a una alimentación segura y saludable”, destaca en la misma línea la Lic. Eugenia Briz, nutricionista (MN 95).
Organización y conservación
Son aspectos claves para lograr una heladera inteligente. La licenciada Briz brinda tips fundamentales para guardar los alimentos. Seguir este orden facilita el acceso a los alimentos y se reduce el riesgo de desperdicio y contaminación.
- En el cajón de verduras, se deben almacenar frutas y verduras frescas, ya que este espacio proporciona una mayor humedad que ayuda a mantenerlas por más tiempo. Es importante lavar y secar adecuadamente estos productos antes de colocarlos en el cajón.
- En la bandeja superior, es ideal ubicar los lácteos descremados, como la leche, el yogur y el queso. Estos productos deben estar envasados y etiquetados con la fecha de vencimiento para un mejor control.
- En la bandeja intermedia, se pueden almacenar alimentos cocidos y preparaciones listas para consumir, como ensaladas y sobras de comidas. Utilizar recipientes herméticos garantiza su frescura y evita la contaminación cruzada.
- En la bandeja inferior, se deben colocar las carnes crudas, preferiblemente en recipientes herméticos para evitar que los jugos puedan contaminar otros alimentos. Etiquetar los recipientes con la fecha de compra o refrigeración es esencial para evitar desperdicios.
- La puerta de la heladera es ideal para almacenar huevos, bebidas y condimentos, como agua, aderezos y dulces. Sin embargo, hay que tener en cuenta que esta zona suele experimentar fluctuaciones de temperatura, por lo que no es adecuada para alimentos perecederos.
En relación al tiempo de conservación de los alimentos, Diego Sívori comparte una tabla súper útil:
- Carnes: 3 a 5 días
- Hamburguesas o carnes picadas: 1 a 2 días
- Pescados y mariscos frescos: 1 a 2 días
- Salsas: 1 a 2 días
- Sopas y guisos: 3 a 4 días
- Huevos frescos con cáscara: 4 a 5 semanas
- Frutas y verduras frescas: 3 a 5 días
- Cítricos y manzanas: 2 a 3 semanas
- Comidas elaboradas: 1 día
- Leche abierta y crema: 2 a 3 días
- Jugos abiertos: 3 a 4 días
- Enlatados abiertos: 1 a 2 días
Alimentos que no deben faltar
Los comestibles se pueden dividir en cinco grandes grupos, para lograr una alimentación equilibrada:
- Agua: es indispensable, ya que es la primera fuente de hidratación y brinda importantes beneficios como permitir la absorción de nutrientes esenciales, lubricar las articulaciones, eliminar toxinas, facilitar el riego sanguíneo, y mejorar la función digestiva. Se puede saborizar naturalmente, agregando trocitos de fruta que no sólo brindan sabor sino que suman nutrientes.
- Carnes y legumbres: estos dos grupos aportan proteínas. En el caso de las carnes se recomienda que sean magras y hay variedad de opciones: carne de vaca, de cerdo, pollo, pescado o mariscos. Los que llevan una alimentación basada en plantas pueden consumir legumbres (porotos, lentejas, garbanzos, entre otros). Conviene guardarlos cocidos para usarlos en todo momento.
- Huevos: son otra fuente de proteínas y conviene comprarlos por maple, una opción práctica y económica.
- Lácteos: fuente de hidratación, proteínas y calcio (leche, yogur, ricota o yogur natural entre otras opciones).
- Frutas y verduras: ricas en vitaminas, minerales y fibra, deben ser lavadas, secadas y organizadas en compartimentos para un acceso fácil. Se recomienda también tener una parte de ellas guardadas crudas y otra cocidas para sumar de manera rápida a preparaciones como un wok de vegetales.
Snacks salvadores y la ventaja del batch cooking
Tener colaciones saludables para “picar” en cualquier momento del día es clave. Un snack infaltable en la heladera, que sirve para cualquiera de las cuatro comidas o colación, es el huevo duro: se puede conservar de 2 a 3 días en la heladera, es accesible, tiene fuente de proteínas, da saciedad y es fácil de llevar.
Otro imprescindible son las frutas lavadas, listas para comer con cáscaras en cualquier momento. Pero ¡cuidado con dejar los vegetales en agua en la heladera para que no se oxiden! “Es una moda peligrosa que se está dando en el último tiempo y si bien se evita la oxidación, también aumenta el riesgo de crecimiento bacteriano, por ejemplo la Salmonella”, destaca la Lic. Valentina Martínez MP 4452/ MN 9394 (UNLP), especialista en nutrición clínica, veganismo y vegetarianismo.
Si buscamos optimizar los tiempos, el batch cooking puede convertirse en un gran aliado. Esta tendencia culinaria permite preparar y almacenar ingredientes y comidas con anticipación, para cocinar de manera rápida durante la semana.
La relación entre el batch cooking y la heladera inteligente es muy estrecha y ayuda a evitar el desperdicio de alimentos. ¿Algunos ejemplos? “Se pueden tener verduras cocidas y preparar un relleno versátil para sumar a tartas, empanadas, omelettes o incluso hacer una simple tortilla o un revuelto”, explica la Lic. Briz.
También se puede guardar zanahoria rallada lista para usar, trocitos de carne cocidos –pollo, cerdo, vaca, pescado – para hacer un wok o un bol con porotos cocidos. Siempre tienen que estar en recipientes herméticos cerrados y rotulados y duran 2 o 3 días en la heladera.
Estas preparaciones estratégicas no solo ayudan a ahorrar tiempo en la cocina, sino que también permiten disfrutar de comidas saludables y variadas durante toda la semana. La heladera inteligente es clave para optimizar los tiempos y recursos y poder preparar comida rápida y saludable que se adapte los gustos de cada consumidor. Solo es cuestión de organizarse y planificar las compras para ganar en practicidad y salud.
Foodit, la nueva plataforma de recetas de La Nación
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